Expertos en seguridad dudan de encapuchados que niegan gravedad del rancho de Teuchitlán: quizá realmente no son quienes dicen ser

Expertos en seguridad dudan de encapuchados que niegan gravedad del rancho de Teuchitlán: quizá realmente no son quienes dicen ser
Autor: Redacción / Noventa Grados | Fecha: 19 de Marzo de 2025 a las 10:00:09

Morelia, Michoacán, a 19 de marzo de 2025.- A principios de esta semana, un grupo de encapuchados grabó un video para dar su opinión sobre el rancho Izaguirre, supuesto campo de reclutamiento y exterminio de Teuchitlán (Jalisco), en el que desacreditan a los colectivos de buscadoras de desaparecidos. Pero el material divide a los expertos sobre la veracidad del mismo.

Los encapuchados dicen que forman parte del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) uno de los más poderosos de México, pero quienes niegan sean de esa organización, argumentan que en el complejo entramado del narco y la política mexicanos, unos encapuchados pueden ser cualquier cosa, alegan.

Pero hay quienes se mantienen a la distancia tanto de la postura de afirmar que sí son el CJNG como de aquellos que dicen que no, como el caso del analista Javier Garza, el cual afirma que simplemente “no hay manera de verificar nada”. O al menos no sin perder la vida.

Y es que, dice, “pueden decir que son del Cártel Jalisco Nueva Generación y echar la culpa a otro cartel de lo de Teuchitlán. Detrás de un pasamontañas puedes decir lo que sea”.

Pero a diferencia de los encapuchados, Javier Garza enfatiza la valentía de las madres buscadoras, que sacaron a la luz el tema del rancho, pero sin cubrir sus rostros, sin anonimato: “sabemos quiénes son y qué trabajo realizan”. Entonces cuestiona lo siguiente “¿por qué aceptar el mensaje de un grupo criminal que lleva el anonimato al extremo?”.

En el caso del consultor Bernardo León, no da crédito a la verosimilitud del vídeo, pues dice que contiene expresiones que resultan ridículas dado el contexto, como “en tiempo y forma”; también observa que falta la marca del CJNG, que ha acompañado otros videos como este.

En el bando del escepticismo también está Carlos Pérez Ricart, “por la lejanía de las imágenes en la cámara, por el lenguaje que usan y hasta por el acento de quien lee”. Además, señala que el contenido del vídeo es simplemente cinismo, “es completamente irreal, ridículo e insustancial”.

Pero si no es realmente el CJNG, ¿quiénes son y por qué harían un vídeo así? Pérez Ricart asegura que podría haber múltiples actores, desde alguien que usó Inteligencia Artificial, personas del gobierno federal o estatal o incluso grupos criminales rivales.

Pero también hay expertos en seguridad que defienden la veracidad del video, entre ellos David Saucedo, el cual menciona que el discurso coincide “con la narrativa de Nemesio Oseguera (líder del CJNG), las armas que llevan son de los lotes que poseen: para mí es totalmente verídico”.

Eduardo Guerrero, otro de los grandes expertos en Seguridad de México, opina que no hay duda de que son el CJNG: “las armas son impresionantes, un alarde que deja un mensaje claro a las autoridades federales y estatales” y también a las madres buscadoras, a las que colocan, dijo, “en peligro grave al menos en los próximos meses”.

Dice también que el rancho de Teuchitlán se prefigura como una acción de una célula específica del CJNG y que, con probabilidad, habrá represiones por ello; es decir, homicidios.

Y es que el hecho de que haya aparecido un campo de exterminio le pega a la imagen que el CJNG busca generar como grupo con base social, que reparte juguetes y despensas e incluso imparte justicia. En pocas palabras, “pega a su marca nacional, les desprestigia”, afirma Guerrero, quien define el funcionamiento del cartel como una empresa poderosa, extendida y multifacética.

Y es que, en efecto, el rancho Izaguirre de Teuchitlán tiene parecido con campos nazis como el de Treblinka (un campo de exterminio construido y operado por la Alemania nazi en la Polonia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial) y destruye la imagen que el crimen busca tener en ciertos pueblos.

De acuerdo con Saucedo “el rancho rompe con el discurso de que ofrece una forma de vida, por eso se quieren desvincular de ese lugar. Sienten que los reportajes afectan a su imagen ante esa población que quieren reclutar y entre la que reparten juguetes, ropa, medicina”, es decir, como supuestos benefactores de los pobres.

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