13 de abril del 2022.- Aunque se diga lo contrario, no todo el que toma un capote o una muleta es torero, por algo existen las categorías en todos los campos de la vida. Para llegar a ser torero implica todo un gran trayecto y llegar a titularse como tal.
De suyo, únicamente hay dos categorías de torero, ambas igualmente de valiosas y significativas en lo más alto ce la escalera, esas son los toreros de plata y los toreros de oro. Unos y otros realizan un largo y complicado recorrido para llegar a merecer esa denominación.
Un torero de plata michoacano por antonomasia es Francisco García Mena, nieto de Gregorio García "El Cachorro" e hijo de Francisco García "Cachorro II", que en gloria estén. El primero, siendo juez de plaza de la Monumental de Morelia, me auxilio en mi primera crónica taurina para el diario ESTO, El Sol de Morelia, el Occidental de Guadalajara y, en general, para la Organización Editorial Mexicana (OEM), la cadena periodística más grande de América Latina; y el segundo, mi buen Panchito, me orientó mucho durante novilladas y corridas de toros.
De allá procede Paco Mena, a la sazón "Cachorro III", de esos dos grandiosos taurinísimos, por tanto, es depositario de una calidad sobresaliente como torero de plata y vaya que defiende con donaire y alto rango la heredad que le dejaron sus mayores y consolida la dinastía.
Paco Mena es un torero de plata de los pies a la cabeza, de la A a la Z, de fina arcilla y una sola pieza. Sus conocimientos, sus recursos técnicos, su disposición para hacerlo todo de la mejor manera y su gran calidad en el segundo tercio lo tienen colocado entre los mejores e todo México y, por ende, del planeta de los toros.
Torero de plata que auxilia, orienta, arropa, protege y blinda del peligro y los imponderables que son comunes en el redondel a todo aquel que sale al ruedo, sea figura, torero de medio pelo, novillero, aspirante a novillero, becerrista o aficionado práctico, porque él participa con el mismo entusiasmo, profesionalismo y don de gente en corridas de toros, novilladas, becerradas o festivales de aficionados. Siempre se da sin reservas, todo el tiempo es fiel a esa ética profesional que todos deberían tener, pero que muy pocos atesoran.
Paco Mena es, por tanto, uno de los mejores asistentes que se pueden encontrar para quienes van a torear, novillear, becerrear o participar en algún festival de aficionados prácticos. Para él todo es ocasión de exigirse y entregarse por bien de toreros, novilleros, becerristas y aficionados o, lo que es lo mismo, en favor de la fiesta más bella de todas las fiestas que es la fiesta brava. Olé y... Así sea.