Tlaquepaque, Jal., a 17 de mayo de 2025.- Un ataque armado perpetrado en Tlaquepaque, Jalisco, ha encendido las alertas tanto en México como en el extranjero, tras confirmarse que las víctimas del atentado eran reconocidos especialistas en seguridad con amplios vínculos con agencias internacionales, incluidos organismos de inteligencia y cooperación bilateral con Estados Unidos.
El ataque, ocurrido en una taquería de la colonia Residencial La Soledad, dejó como saldo dos personas muertas y al menos cuatro heridas. Lo que inicialmente parecía un episodio más de violencia en la región, se ha transformado en un caso de alto impacto por el perfil de los afectados.
Entre los fallecidos se encuentra César Agustavo Amador, exagente de la Interpol y exmiembro de la Secretaría de Seguridad del Estado de Jalisco. Con una carrera destacada en organismos de seguridad pública y privada, Amador presidía actualmente el capítulo Jalisco de ASIS International, organización global de profesionales en seguridad. También era miembro activo de la Asociación Mexicana de Exbecarios de Estados Unidos (AMEB), lo que confirma su participación en programas de formación y cooperación bilateral con el gobierno estadounidense.
También perdió la vida Carlos Amador Chavela, exdirector de Investigación Científica del Instituto de Defensoría Pública del Estado de Hidalgo. Chavela era un colaborador habitual en tareas de capacitación para personal mexicano a través de programas impulsados por la Embajada de Estados Unidos en México, donde compartía su experiencia en métodos avanzados de investigación criminal.
Además, entre los heridos figura Pablo Cajigal, excoordinador de investigaciones delictivas en la Fiscalía de Chihuahua, quien también colaboraba activamente en capacitaciones con agencias estadounidenses. Fuentes médicas reportaron que recibió múltiples impactos de bala y su estado se mantiene como grave.
Aunque las autoridades aún no confirman públicamente una línea específica de investigación, el perfil de las víctimas —ligadas a estrategias de combate al crimen y profesionalización de fuerzas de seguridad en México— sugiere una posible represalia del crimen organizado. Los cursos que impartían en Jalisco, según versiones extraoficiales, estaban dirigidos a cuerpos policiales locales, en un momento en que el estado enfrenta tensiones crecientes con grupos del narcotráfico.
El uso de violencia letal contra figuras con credenciales internacionales demuestra una preocupante evolución en los métodos del crimen organizado, que ahora parece apuntar directamente contra quienes colaboran con agencias extranjeras en el fortalecimiento del Estado de derecho.
Los cuerpos fueron trasladados al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, en espera de la autopsia legal y del reconocimiento oficial por parte de sus familiares.
Este ataque representa no solo una tragedia para las familias, sino un mensaje preocupante para los sectores involucrados en cooperación internacional en seguridad: el crimen organizado no distingue fronteras ni credenciales.