Apaseo el Alto, Gto., a 25 de mayo de 2025.- En un nuevo episodio que evidencia la colusión de autoridades en actividades delictivas, once integrantes de la Guardia Nacional fueron detenidos este sábado por su presunta implicación en el robo de combustible a través de una toma clandestina ubicada sobre el macrolibramiento Celaya–Palmillas, en las inmediaciones de la comunidad El Espejo.
El operativo se derivó de un reporte anónimo recibido por la Policía Municipal de Apaseo el Alto, que alertaba sobre movimientos sospechosos en la zona. Al acudir al lugar, los oficiales sorprendieron a varios uniformados en flagrancia: un tractocamión con autotanque estaba conectado directamente a una toma ilegal, mientras era custodiado por vehículos oficiales rotulados con logotipos de la Guardia Nacional.
Entre los implicados se identificaron tres oficiales —uno con uniforme y dos vestidos de civil— y ocho elementos del Ejército Mexicano. Ninguno pudo justificar su presencia en el lugar ni la operación que llevaban a cabo. En un intento por encubrir la actividad, uno de los ocupantes de una patrulla tipo Charger declaró que estaban “brindando seguridad” al tractocamión. Sin embargo, poco después, tanto esa unidad como una camioneta Silverado emprendieron la huida. Solo una tercera unidad oficial fue localizada en las cercanías.
Durante la intervención se incautó armamento de uso exclusivo del Ejército, así como varios vehículos. Entre el equipo asegurado se encuentran cuatro fusiles FX-05 calibre 5.56 x 45 mm y cinco fusiles CZ805 Bren del mismo calibre, cuyas matrículas fueron registradas en el informe oficial.
También se decomisaron dos camionetas pick up Silverado con las siglas 26958 y 29215, además de una camioneta Nissan Rogue modelo 2010, con placas 601-XAC de la Ciudad de México, y el tractocamión con autotanque involucrado en la sustracción del hidrocarburo.
La Policía Municipal procedió a la puesta a disposición de los detenidos y del material asegurado ante la Fiscalía General de la República (FGR) con sede en Celaya, donde ya se abrió una carpeta de investigación.
Este caso pone nuevamente bajo la lupa la participación de fuerzas de seguridad en el llamado huachicol, una práctica que ha escalado en sofisticación y complicidad institucional. A pesar de los esfuerzos federales para combatir el robo de combustibles, la infiltración de elementos militares y de la Guardia Nacional en estas redes delictivas representa un serio desafío para la seguridad y el estado de derecho en regiones clave como Guanajuato, epicentro de la violencia ligada al crimen organizado en México.