Morelia, Mich., a 10 de julio de 2025.- El hallazgo de esqueleto de una mujer en un tinaco de agua, en un inmueble usado como refugio de mujeres, exhibe la vulnerabilidad de las mujeres que, hallándose en situación de indefensión, pueden caer en refugios y anexos peligrosos, que proliferan en toda la entidad gracias a la poca regulación por parte de las autoridades.
El refugio “Princesas de Dios”, ubicado en la calle Fortín de la colonia Sindurio, operaba sin permisos vigentes y, como resultado de una supervisión realizada por personal del DIF municipal, fue localizada una osamenta femenina en la azotea del inmueble, informó la Fiscalía General del Estado de Michoacán (FGE).
De acuerdo con la Fiscalía del estado, cuando los supervisores subieron al techo del inmueble para inspeccionar las condiciones en que se encontraba el tinaco de agua, descubrieron la osamenta de una mujer envuelta en una tela blanca, por lo que de inmediato se dio parte a las autoridades de seguridad pública y procuración de justicia.
Aunque el sitio operaba sin mucha publicidad e incluso su página en Google tiene una dirección equivocada, dos testimonios que se encuentran en la red son esclarecedores.
“Cristianismo radical y no, eso no es bueno, maltrato físico e incluso manipulación de personas crónicamente enfermas mentalmente. ¿Por qué si quiera este lugar sigue (operando) como si nada? La religión no siempre es la opción pero tal vez Dios sí la sea, pero si Dios existe aborrecería este lugar asqueroso”, escribió una persona.
“Mal trato a las personas que viven ahí. Les dan medicina a fuerzas, si no les pegan.... Gente mentirosa…”, escribió otra.
Ahora queda por determinar la identidad de la víctima que acudió a un refugio de mujeres para buscar ayuda, pero que en cambio encontró la muerte.
Desde hace varios años los refugios y anexos son un negocio bastante redituable en Michoacán; el aumento del consumo de estupefacientes y en especial de drogas de alto impacto como la metanfetamina, llevan a la familia a recurrir a estos espacios que en muchos casos no están regulados. Un anexo cristiano en la ciudad de Morelia, relacionado con el refugio donde fue hallada la osamenta, cobra 5 mil pesos al mes por la estadía de una persona, e incluso admite a menores de edad, quienes conviven con mujeres adultas.
Sin embargo, en los peores casos, estos lugares son escenarios de golpes, abusos y homicidios, así como centros de reclutamiento para el crimen organizado, que aprovecha las adicciones y falta de estabilidad en las vidas de los jóvenes para sumarlos a sus filas.