Morelia, Michoacán, a 14 de mayo de 2025.- Con el firme compromiso de erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres, la diputada Itzé Camacho presentó una iniciativa que adiciona el Código Penal y reforma la Ley por una Vida Libre de Violencia para las Mujeres en Michoacán, con el objetivo de reconocer y sancionar el acecho como una modalidad específica de violencia de género.
“Hay formas de violencia que no dejan moretones visibles, pero marcan profundamente la vida de quienes las padecen. El acecho es una de ellas: una conducta invasiva, persistente y muchas veces normalizada, que genera miedo, aislamiento y un grave impacto emocional”, subrayó la legisladora desde la máxima tribuna del estado.
La propuesta busca incorporar el acecho como figura penal autónoma, sin limitarlo a una connotación sexual y reconocerlo como un acto que atenta contra la libertad y seguridad de las mujeres. De aprobarse, Michoacán se sumaría a entidades como Nuevo León, Coahuila, Guanajuato y Tamaulipas que ya han legislado en la materia.
La iniciativa está inspirada en la llamada “Ley Valeria”, aprobada en Nuevo León tras el caso de una maestra víctima de acecho durante ocho años y nace a partir de testimonios ciudadanos recogidos en el trabajo territorial y legislativo de la diputada Itzé Camacho. “Son muchas las mujeres que nos han confiado su angustia de vivir bajo vigilancia, persecución o acoso constante, sin herramientas legales que realmente las protejan a tiempo”, señaló.
Actualmente, el Código Penal de Michoacán solo contempla el acecho en el contexto del acoso sexual, dejando fuera conductas como la vigilancia, el seguimiento reiterado, el contacto no deseado o la intrusión digital. Esta iniciativa cierra esa brecha, al definir con claridad estas conductas y establecer sanciones proporcionales para quienes las cometan.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), más del 6% de las mujeres mexicanas han sido víctimas de seguimiento persistente, y en más del 70% de los casos, el agresor era una persona cercana.
“El acecho muchas veces es la antesala de agresiones más graves, como la violencia física, sexual o incluso el feminicidio. No podemos esperar a que el daño sea irreversible para actuar”, afirmó Itzé Camacho.