México, DF; 18 de diciembre de 2016.- Existe un hombre estadounidense más acaudalado y de igual manera el más odiado por los mexicanos, y no es el presidente electo Donald Trump.
Es William Jenkins (1878-1962), que vivió en el país durante el siglo pasado, favoreció a alcaldes, diputados, gobernadores y hasta respaldó con recursos a un presidente de la república, Manuel Ávila Camacho.
Sin su fortuna difícilmente hubiera existido la llamada “Época de oro del cine mexicano”, en los años 40 y 50. Y también financió becas, patrocinó escuelas, universidades, carreteras y la remodelación de monumentos históricos.
Pero al mismo tiempo monopolizó la producción de azúcar y textiles, además de promover la represión de sindicatos, obreros y campesinos.
La historia del controvertido personaje se cuenta en el libro “En busca del señor Jenkins. Dinero, poder y gringofobia en México”, editado por Penguin Random House y el Centro de Investigaciones y Docencia Económica (Cide).
El magnate no era muy distinto a los empresarios de la época, la primera mitad del siglo XX, señala el texto.
Pero a él lo envolvió la polémica entre otras razones por su origen estadounidense, le dice a BBC Mundo el autor del libro, Andrew Paxman.
La contraportada define el tema: “Jenkins fue el gringo que a los mexicanos más les gustaba odiar”.