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MensajearCiudad de Guatemala, Guatemala, a 12 de junio de 2025.- Los grupos del crimen organizado en México ha convertido a Guatemala en una pieza clave para su producción de drogas sintéticas. Según datos oficiales de la Policía Nacional Civil (PNC) del país centroamericano, al menos el 70% de los laboratorios desmantelados en el último año estaban directamente vinculados con esta organización criminal mexicana, consolidando así su dominio en la región.
Durante 2024, las autoridades guatemaltecas desmantelaron 27 laboratorios clandestinos; 19 de ellos estaban relacionados con el Cártel fundado por Joaquín "El Chapo Guzmán". Estas instalaciones eran operadas en su mayoría por Los Huistas, una estructura local de narcotráfico con larga trayectoria y alianzas sólidas con los grupos del norte de México.
Además de proveer infraestructura y mano de obra local, Los Huistas han facilitado históricamente la siembra de amapola y coca en áreas rurales del país. Esta colaboración permite al Cártel de Sinaloa transformar a Guatemala no solo en una vía de paso, sino en un auténtico centro de producción de estupefacientes que luego son enviados hacia Estados Unidos.
Las cifras preocupan: solo en lo que va de 2025, doce ciudadanos mexicanos han sido detenidos en Guatemala por su presunta participación en operaciones ilegales vinculadas a laboratorios clandestinos. El caso más reciente, ocurrido el pasado 21 de mayo en San José Pinula, reveló la presencia de un complejo operativo en una vivienda particular, donde se hallaron químicos y equipo especializado para la producción de drogas sintéticas. El detenido, identificado como Irán N., es originario de Michoacán, en el occidente de México.
“No es que los cárteles vengan acá como tal, sino que contratan a expertos y los envían como capacitadores tanto en la instalación y en el manejo de laboratorios en los que se procesa la droga, incluido el fentanilo”, señaló Helver Saia, exjefe antinarcóticos de la PNC.
Este fenómeno ha crecido en paralelo con la transformación geográfica del narcotráfico. Las autoridades han descubierto nuevas plantaciones de marihuana, amapola y coca en zonas altas y montañosas como Petén, Alta Verapaz e Izabal. El clima variado del país permite condiciones ideales para este tipo de cultivos ilícitos, lo que ha propiciado la aparición de laboratorios móviles o “súper laboratorios”, estructuras de gran tamaño nunca antes vistas en el país hasta hace pocos años.
Aunque el Cártel de Sinaloa mantiene una presencia dominante, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) también ha comenzado a disputar el control de territorios en Guatemala. Tras la captura de El Chapo en 2014 y la detención de sus hijos, Ovidio Guzmán y Joaquín Guzmán López, el CJNG ha buscado establecer alianzas con pandillas como la MS-13 y Barrio 18, así como con exmilitares de élite conocidos como Kaibiles, para fortalecer sus redes operativas.
La lucha entre estos grupos ha tenido repercusiones en ambos lados de la frontera. En 2024, se registró un récord de guatemaltecos detenidos en México por actividades relacionadas con el crimen organizado (26 personas), así como un aumento en las muertes de ciudadanos guatemaltecos en enfrentamientos armados, que sumaron 17 en total.
Lo que comenzó como una colaboración transnacional para el tráfico de drogas, hoy ha mutado en una red sofisticada de producción y expansión territorial, con Guatemala en el centro del tablero.
