Zapopan, Jalisco, a 20 de mayo de 2025.- El ser humano tiene dentro de su cuerpo diferentes compartimentos, uno de ellos es la masa grasa, o mejor conocida como tejido adiposo. Además de ser la reserva de lípidos, se encarga de producir una gran variedad de hormonas que tienen influencia en el metabolismo.
Al escuchar el término “grasa corporal” es común que nuestra mente asocie ese concepto con exceso de peso, sin embargo, no toda la grasa que tiene nuestro cuerpo es igual.
La grasa parda o también conocida como tejido marrón recibe su nombre por su característico color que asimila al dorado o marrón rojizo. La función principal es producir calor como respuesta al frío y también está involucrada en el metabolismo.
Mientras que la grasa blanca está encargada de almacenar energía, la grasa parda tiene la función de utilizarla para generar calor y así lograr mantener el equilibrio energético.
Además, la grasa parda está compuesta por una gran cantidad de mitocondrias que están encargadas de producir la mayor cantidad de energía en las células, por lo que su función consiste en la producción de calor y esto permite quemar calorías.
Este tipo de tejido es muy abundante en los recién nacidos y les da el efecto protector que ellos necesitan, pues aún no pueden regular su temperatura de la misma manera que una persona adulta. Con el paso de los años, la grasa parda disminuye considerablemente, sin embargo, sigue presente en la zona del cuello y en la parte superior de la espalda.
Existen diferentes maneras de poder activar la grasa parda en los adultos, por ejemplo:
Exponerte al frío que hará que el hipotálamo active el sistema nervioso y se libere noradrenalina y con esto se da origen a la degradación de los ácidos grasos y reducción del peso corporal.
Realizar actividad física. Ser constante en la actividad que realizas hará que las mitocondrias de las células de tu grasa parda generen mayor cantidad de energía, por lo que en automático estarás quemando más calorías.
Algunos investigadores se han enfocado en demostrar que cuanto más activo esté dicho tejido ya sea por actividad física o por exposición al frío, existe menor riesgo de desarrollar obesidad, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2. Esto puede explicarse por la capacidad que tiene la grasa parda de regular el metabolismo de la glucosa y también se puede observar una mejoría en la respuesta que tiene el cuerpo ante la insulina.
Además, otras investigaciones recientes resaltan la importancia de ordenar otros aspectos y no solamente pensar que al realizar actividad física y exponerte al frío serán las únicas alternativas, sino que puedes incluir en tu alimentación el consumo de grasas saludables como el aguacate, cacahuate, pistaches o pescados como el salmón, pueden favorecer la función de la grasa parda al estar involucrada con la producción de hormonas del metabolismo. Es importante también garantizar dormir bien y tener un manejo del estrés adecuado pues puedes tener un desequilibrio hormonal debido a la falta de descanso óptimo.
A pesar de que la grasa parda no ha sido explorada con profundidad, ahora puedes saber que el cuerpo requiere tener cada uno de sus componentes en equilibrio y esto incluye a la grasa. Mantener la masa muscular y masa grasa en niveles óptimos ayudará a que te sientas mejor en cada una de tus actividades del día a día.
En conclusión, la grasa parda juega un papel importante en el metabolismo y además de ayudar a quemar calorías, mantiene un equilibrio en la salud metabólica y ayuda a prevenir enfermedades crónicas. Mantener adecuados hábitos de vida y realizar estrategias como la exposición constante al frío y actividad física ayudarán a mantener tu bienestar.
Texto escrito por la Mtra. Monserrat Rodríguez León, académica de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), donde es directora de la carrera de Ciencias de la Nutrición.