Morelia, Michoacán, a 4 de febrero de 2025.- Otra vez el Atlético Morelia, ese equipo que se quiere robar una historia que no le pertenece, la de Monarcas Morelia, ha empezado mal, muy mal, un torneo, en esta ocasión el del Clausura 2025. Mal es poco, porque ha perdido 3 de 4 partidos, es decir que está muy por debajo de la medianía, lo que ahora sí que no tiene qué ver con el entrenador, sino con la falta de proyecto sólido, la falta de una base de jugadores valiosos, la falta de continuidad a los que han funcionado, la falta de inversión, la falta de una buena directiva, la falta, la falta, la falta. Lo que no le falta es que falta mucho, muchísimo, porque sigue sin brújula en la mediocre Liga de Expansión.
Del actual entrenador me agrada que no vende humo, no, al menos, como lo vendía el Cantinflas García, quien hablaba como si supiera y se pavoneaba como si en realidad hubiera ganado algo importante, como si fuera brillante y hubiera triunfado, al menos, en la Primera División. Nacho Castro habla bien, no blande pretextos y le llama a todo por su nombre. Eso ya es una ventaja. Tampoco es que se trate de un entrenador que haya brillado intensamente, pero al menos sabe lo que dice, sabe de lo que habla y habla lo que sabe. Si le dan continuidad tal vez logre algo, siempre y cuando le surtan de buenos jugadores y no le impongan más préstamos de los que se van a los seis meses.
De 4 partidos, el Atlético Morelia que fue el Tepic y luego el Zacatepec, ese que “le robaron” a los nayaritas y luego a los cañeros, solo ha ganado un encuentro, precisamente el primero del torneo, y lo ganó con penal inexistente. Después de ese espejismo cayó ante Tapatío 1-0, frente al Atlante 0-2 y con el Tepatitlán 1-3. La novedad es que ya anotó con balón en movimiento. Sí, solo ha hecho un gol en jugada y lo hizo un jugador que los malos aficionados no quieren, el camerunés, francés y mexicano Joao Maleck, quien remató muy bien a bocajarro. El gol de penal se lo metió Brayan Trejo a la Jaiba Brava del Tampico Madero.
En la Jornada 5, para fortuna del Atlético Morelia de Higuera y de nadie más, bueno, eso dicen, pero no de la afición, los equipos son de sus dueños, recibe la visita de Alebrijes de Oaxaca, un equipo que en teoría es un cheque al portador, pero solo en teoría, porque cualquiera puede dar el campanazo y salir con un triunfo insospechado. La quinta fecha indica que los equipos ya tienen más de un mes en competencia, tiempo más que suficiente para que un entrenador ya les haya deletreado su idea de equipo a quienes dirige, de ahí que uno espere ver al cuadro conjuntado, con sapiencia de lo que debe hacer y buenas ideas a la hora del juego.
Y sí, ya debe mostrar empaque de equipo, porque en cuatro partidos ha andado más tiempo a la deriva que una botella en el mar. Claro que no se puede creer que ya esté listo el Atlético Morelia para ganar, gustar y golear, aunque los malos aficionados (eso que no nunca exigen, jamás cuestionan y no critican a los integrantes del equipo al que le van) sigan creyendo en los Santos Reyes y, por eso, esperen ver a ese equipito de segunda jugar como si fuera el Barza o el Real Madrid. No, eso no sucederá nunca, pero Nacho Castro debe provocar que los que dirigen salgan a dar el do de pecho y a empezar a mostrar mejor juego, mayor efectividad frente al arco rival y a sumar puntos. Es su obligación, que lo haga para que lo hagan.
El siguiente partido del Atlético Morelia será el sábado venidero en el Coloso del Quinceo, un hermoso escenario que le queda muy grande al cuadro que lo usa. Ojalá y haya cambios en el cuadro local, sobre todo en volumen de juego, disposición y actitud de los jugadores, entrega en favor de la causa y, sí, una victoria del que juegue mejor, de Atlético Morelia o Alebrijes de Oaxaca. Sí, que así sea.